Ser de la Oscuridad

Camino sin rumbo bajo la sombra de la luna, mis pies descalzos manchan de sangre la empedrada calle que me conduce a la miseria más profunda dentro de la soledad.

Mi vida tuvo algún valor, un sentido lógico mientras mi amado se encontraba conmigo, guiaba mis pasos y abría camino entre los ataques mundanos, infernales y celestiales de los que éramos víctimas inocentes.

¿Quién pudiera imaginar que un ángel y un demonio pudieran enamorarse en su constante lucha de ambición y posesión de almas?

Mi vida de ángel fue gratificante pero finalmente me sentía vacía e intrigada al ver a los mortales realizar ese extraño sentimiento llamado amor. Su vida como demonio era emocinante pero sin sentido, con ese dejo de arrepentimiento en cada victoria. Nuestros caminos se cruzaron y con ellos, el destino terrenal que aceptamos en nombre de la pasión.

Mientras que el amor es ciego, la maldad tiene los ojos inquietos y alertas a nuevas víctimas, junto a ella su amiga muerte, vestida de crueldad y envidia, ya había identificado tu gentil figura en el mar de los mortales.

No hay lugar para la traición a la divinidad, mi pecado fue enamorarme de un ser infernal y pagué muy alto el precio de renunciar a la eternidad celestial. Mis peores pesadillas reviven al recordar tu cuerpo ensangrentado, sentir otra vez ese tembloroso beso, recordar el sabor agrio del pánico y la incredulidad.

Desde esta azotea las luces de la cuidad titilan mandando mensajes hipnotizantes a todos los seres nocturnos, más su mensaje es claro para mi, es una descarga de adrenalina suplicando dar ese paso mortal.

Cierro los ojos, siento por última vez el aire frío en mi rostro, y avanzo hacia la nada, hacia la lástima, la infelicidad, la tortura eterna. Más una mano firme y fría ha de evitar la fatal caída.

Al dar la vuelta para fulminar al atrevido ser que impide que mis lamentos lleguen al final me haces quedar totalmente paralizada ante la profunidad de tus ojos, la seriedad de tu rostro, la perfección de tus facciones y tu varonil aroma.

Cierro los ojos un momento, para asimilar la impresión de enfretarme a tu atracción, y al abrirlos nuevamente me encuentro sola y confundida, con las ráfagas heladas golpeando mi espalda, alborotando mi cabello.

Camino por una vereda oscura, mis pies continuan sangrando pero ya no me inquieta el dolor, ha comenzado a llover, apenas unas cuantas farolas iluminan tan sombrío camino, el que estoy destinada a recorrer.

Una sombra comienza a seguirme, la puedo sentir a mis espaldas y si es la muerte me haría un favor, ya que mi existencia vaga con esperanza asesinada sin mi ser infernal y ahora con el desconcierto de ese ente extraño que ha tocado mi alma con una mirada.

En unos segundos la muerte pasa rozando mi piel descubierta por las ropas rasgadas causando un dolor impresionante, su intesión es hacerme sufrir hasta el último segundo de mi patética vida, más lo he de soportar si al final me aleja de este mundo cruel que ya no soporto enfrentar.

Se acerca con paso seguro hasta quedar frente a mi, puedo sentir como saborea el placer de tenerme a su merced, sus sádicos pensamientos son como enredaderas que suben por mi cuerpo adueñándose de él.

Ya siento que el mar de amargura comienza a ahogarme cuando apareces de nuevo, con tu porte atractivo, tu imponente presencia, y me arrebatas de las frías cadenas de la muerte para refugiarme en tus brazos, en un abrazo frío pero seguro, es una sensación tan extraña.

La muerte levanta su mano reclamando mi alma agotada, que ya ha quedado marcada tras aquella mirada hipnotizante, siento la firmeza con la que tomas mi cintura, tu mano me regala una tierna caricia, tus dedos se deslizan entre mi cabello, y luego la fuerza de tu mano avienta mi cabeza a un costado, estoy tan cansada que no puedo resistirme ante la idea de pasar de ser un desdichado mortal a un ser de oscuridad, mis pensamientos están paralizados y mis sentimientos marchitos.

Apenas puedo respirar, el miedo se apodera de mis nervios, mis ojos han quedado en blanco y siento como mi espíritu debilitado abandona mi ser, pero con él se va el dolor, la agonía, los recuerdos, la desesperación ¿acaso eres otro ser divino que ha decidido darme indulgencia?

Mi cuerpo muerto yace unos instantes sobre la tierra húmeda, pero son tan sólo unos segundos antes de recobrar la conciencia y encontrarme frente a frente con aquella mirada que me hechiza, con esa pasión que no comprendía y que ahora es la esencia de mi existencia.

La muerte se aleja lentamente, aceptando la derrota. Mientras me fundo en un ardiente beso con mi señor, comprendiendo que ahora formo parte de los seres de la eterna oscuridad, deseosa de alimentarme con la sangre de los mortales.

Quien dijera que encontraría la pasión y la tranquilidad en un mundo de condenados, de supuestos infelices, asesinos de la noche y amantes bajo el rayo seductor de la luna.

Ahora mis pasos serán los tuyos, compartiendo la dulce tentación de beber hasta la última gota de sangre, descansando sobre tu pecho en la lúgubre prisión de piedra mientras esperamos nuevamente que el rayo azul de la luna despierte nuestros instintos asesinos.

Por Sykanda

Dedicado a mi caballero de las sombras. Para ese extraño que, sin conocerme, pudo leer mi mente, acariciar mis sentimientos, entrar a mis pensamientos y robarme el corazón. Fuiste y serás muy especial para mi

Resultado de imagen para gotico

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Puerta del Infierno

La Casa de la Tía Toña